miércoles, 4 de noviembre de 2009

Camperas


HUIDA

Una vez atraparon a un monje que venía huyendo a toda furia mirando hacia atrás.

— ¡Párese! ¡Párese, don! ¡¿Adónde va?!

El anacoreta estaba que no lo sujetaban ni a pial doble.

— ¿Qué le pasa? ¿Quién lo corre?

— ¿Lo persigue alguna fiera?

— Peor —dijo el ermitaño.

— ¿Lo persigue la viuda?

— Peor.

— ¿Lo persigue la muerte?

El anacoreta dio un grito:

— ¡Algo peor que la demencia! —y siguió huyendo.

Venía atrás al galope un necio con poder.